Un día por la mañana, a las 7:30, se despierta una loba. Desayuna. Luego siente algo raro. Está embarazada. Luego fue al veterinario. A los nueve meses le nació una lobita y fueron a casa y fueron felices y comieron perdices.
Érase una vez un gato muy elegante. Le gustaba ir con gorro y con guantes. Un día salió de casa, pero hacía mucho frío y el gato se olvidó su gabardina y volvió a casa. Y el gato se quedó en casa tan a gusto. Luego cenó, se lavó los dientes, se puso el pijama y a dormir.